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¿Qué cubre un Seguro de Hogar?
Un Seguro de Hogar tiene como principal objetivo proteger tu propiedad frente a una variedad de riesgos comunes que podrían generar pérdidas económicas significativas. Generalmente, este tipo de póliza se enfoca en resguardar la estructura del inmueble y, en algunos casos, ciertos elementos dentro de ella, así como ofrecer coberturas adicionales para situaciones específicas.
Entre las coberturas más importantes se encuentran los daños causados por incendio y explosión, que son riesgos primarios para cualquier propiedad. Además, se incluye la protección contra la rotura de cañerías, un problema común que puede generar daños considerables por agua tanto en la estructura como en las pertenencias. Los eventos naturales, como sismos o inundaciones, también forman parte de las protecciones básicas, ofreciendo tranquilidad ante fenómenos impredecibles (es importante revisar las condiciones específicas para cada tipo de evento natural, ya que la cobertura puede variar).
¿Qué no cubre el Seguro de Vivienda?
En la mayoría de las pólizas de Seguro de Hogar, es común encontrar ciertas exclusiones que los usuarios deben conocer. Éstas pueden incluir daños intencionales, desgaste natural de la propiedad, vicios ocultos de construcción, daños por guerra o terrorismo, y en algunos casos, ciertos tipos de desastres naturales que no estén explícitamente nombrados en la póliza o que requieran coberturas adicionales. También es posible que no cubran objetos de valor muy específicos o de gran cuantía a menos que se declaren y aseguren por separado. Para obtener una lista exhaustiva de lo que no cubre el Seguro de Hogar de FID “Vivienda Habitual”, sería esencial revisar las condiciones generales de la póliza o contactar directamente a la compañía.
¿El Seguro de Hogar cubre los muebles?
En FID, la protección para tu vivienda habitual se adapta, según tus necesidades, a través de cuatro planes de seguro: “Mi Hogar”, “Todo Hogar”, “Hogar Premium” y “Hogar Exclusivo”.
Es importante destacar que estos seguros están pensados únicamente para viviendas de uso habitual y no cubren propiedades de uso ocasional o vacacional.
Aun así, el aseguramiento de los bienes personales (como muebles, electrodomésticos y objetos de valor) es una decisión personal de cada cliente, por lo que su inclusión en la póliza dependerá de sus requerimientos.
Todos los planes de seguro de FID cubren de forma transversal los siguientes riesgos:
Daños estructurales y de contenido: Incendio, explosión, rotura de cañerías y eventos de la naturaleza.
Protección ante robos y daños a terceros: Robo, responsabilidad civil familiar, rotura de cristales y artefactos sanitarios de loza.
Asistencia y compensación: Asistencia domiciliaria de urgencia, cobertura por inhabitabilidad de la vivienda y pérdida de ingresos por arriendo en caso de siniestro.
El plan “Mi Hogar” es el seguro básico, ideal para quienes buscan una protección esencial a un precio reducido, incluyendo la cobertura de cristales y sanitarios. Este plan también te da acceso a la Asistencia Domiciliaria de Emergencia para situaciones urgentes de cerrajería, electricidad o fontanería. Si la vivienda se vuelve inhabitable debido a un siniestro cubierto, el seguro te puede ayudar con los gastos de alojamiento temporal. Para quienes arriendan, la pérdida de ingresos por arriendo también está cubierta, lo que mitiga las pérdidas financieras si la propiedad no puede ser habitada por los inquilinos.
Para los planes más completos como “Todo Hogar”, “Hogar Premium” y “Hogar Exclusivo”, las coberturas se amplían e incluyen la protección de terremotos y tsunamis, ofreciendo una protección más robusta y adaptada a necesidades específicas. Si deseas saber cuál es la mejor opción para ti, te recomendamos contactar a un asesor de FID para evaluar tu caso.